Los activos digitales son aquellos elementos intangibles que, como su nombre los indica, son digitales, forman parte del patrimonio organizacional y por naturaleza generan valor monetario. Este valor está relacionado con el provecho que la organización les da a estos activos.
También existen activos digitales que, si bien no son propiedad de la organización (como las plataformas de anuncios online), son esenciales para su actividad comercial. Asimismo, existen activos creados por terceros, como es el caso de contenidos que involucran a la marca.
Los activos digitales son empleados como herramientas que propician una mejor comunicación entre la marca y la audiencia a la que se dirige en internet. Conforman un ecosistema que va desde lo interno a lo externo, es así como las marcas llegan a los usuarios, quienes son la pieza fundamental de toda la cadena.
¿Cómo se clasifican los activos digitales?
Existen muchas formas de clasificar los activos digitales, la mayoría desde un punto de vista técnico. Sin embargo, si queremos abordar el tema con una perspectiva más relacionada con estrategias digitales, es posible clasificarlos en tres grandes grupos. Esos son:
Activos propios
Son todos aquellos activos digitales que son creados por la marca y sobre los cuales tiene control. Por lo general, son los que permiten la interacción o comunicación directa con todos los clientes o prospectos.
Estos activos pueden ser la página web o aplicación móvil de tu empresa, así como el contenido de valor producido para sus perfiles en redes sociales y otros canales de relevancia. Ese contenido engloba artículos, diseños y material audiovisual.
Asimismo, dentro de la lista se incluye la base de datos de contactos producto de la ejecución de un buen plan de marketing, y cualquier software desarrollado por la propia organización para sus operaciones de rutina.
Activos de terceros
Estos son los activos que, si bien no son propiedad de la marca, son de uso frecuente para la ejecución de su estrategia digital o necesarios para su actividad comercial. Vale resaltar que no se tiene un control absoluto sobre ellos, pero ofrecen muchas libertades.
Los activos que podemos encontrar en este grupo son las plataformas que permiten la construcción y publicación de anuncios publicitarios online como Facebook Ads o Google Ads. Las redes sociales que la marca usa para difundir sus contenidos, como Facebook, Twitter, Instagram o LinkedIn también figuran en esta lista.
Tampoco podemos dejar de lado las plataformas marketplace como Mercado Libre o Linio Perú. Estas ayudan a las marcas expandir su público para ofrecer sus productos y servicios.
El software desarrollado por terceros y que forma parte de la plataforma tecnológica de la organización también está dentro de este grupo. En este caso se cancela una licencia que garantiza el derecho de uso y brinda beneficios corporativos. Un buen ejemplo es el sistema operativo Windows.
El uso de plataformas de terceros es muy relevante para cualquier empresa que busque proyección y posicionamiento en la web, por ese motivo se consideran dentro de las estrategias digitales.
Activos creados por los usuarios
También son activos digitales creados por terceros, pero en este caso por la comunidad de cibernautas y, en este caso, el control que se tiene sobre ellos es muy poco o ninguno. Agrupa todos los contenidos creados por usuarios que impactan a la reputación online marca.
Pueden ser menciones voluntarias, entrevistas, reseñas o enlaces desde otra página web con mayor reputación online. Hay que destacar que estos activos no siempre se producen con propósito comercial, aunque las marcas pueden aprovecharlos para su beneficio.
Importancia de los activos digitales propios para las empresas
Los activos digitales propios forman parte del patrimonio de una empresa. Aun cuando estos no son bienes tangibles, su relevancia repercute incluso en el desarrollo del modelo de negocio, especialmente en aquellos que impulsan su marca a través de internet.
Si una empresa basa su modelo de negocio de forma online, cada uno de sus activos son de relevancia para su capitalización.
Los activos digitales también pueden ser también otros servicios o soluciones basadas en la nube que son adquiridas en el transcurso del tiempo, como parte de una estrategia de expansión y consolidación en el mercado.
Los nuevos activos digitales
La transformación digital de las empresas les permite implementar o crear diferentes ecosistemas para facilitar el trabajo entre sus diferentes componentes. Los nuevos activos digitales que ahora se unen a los anteriores son todos aquellos relacionados al trabajo en línea o a distancia.
Servicios basados en la nube como Dropbox, ecosistemas de gestión como una intranet corporativa o plataformas gestión de archivos son más que necesarios en estos tiempos.
También los que brindan soporte técnico en línea como los ofrecidos por TeamViewer, o tu oficina móvil a donde quieras que vayas con ayuda con servicios de videoconferencias como Zoom o Microsoft Team.
Ahora las empresas no se limitan a un espacio físico, internet permite su expansión sin límites.