Un workflow o flujo de trabajo permite estudiar, planificar y controlar todas las tareas laborales propias de cualquier empresa. Ofrece una ventaja de organización, pues permite al planificador visualizar los diferentes aspectos de desarrollo de una misma tarea para luego dividirlos en fases que podrá delegar al resto de sus equipos.
Si implementas un workflow, tu empresa se verá beneficiada con el aumento de la productividad en la ejecución de cada tarea que va destinada al cumplimiento de los objetivos organizacionales.
Diseña un workflow o flujo de trabajo para tu empresa
Te preguntarás por qué necesitas desarrollar un flujo de trabajo para tu empresa y la respuesta es simple: Todo proyecto comienza con una idea simple que poco a poco va tomando forma y también complejidad. De esa complejidad surgen obligaciones que deben ser atendidas para que el proyecto siga adelante.
Lógicamente, al ser una idea compleja, llevar a cabo en su totalidad sería un trabajo sumamente agotador. Es aquí donde los flujos de trabajo entran en acción porque te permitirán descomponer esa idea compleja en pequeños pasos más simples de realizar.
3 pasos para diseñar un workflow o flujo de trabajo
Paso 1: Diseña tu esquema
La mejor manera de diseñar un flujo de trabajo es de arriba hacia abajo para que de esa forma puedas controlar a los lados las variantes que pudieran surgir en el desarrollo de cada tarea. Procede a visualizar cuáles son los principales pasos o procesos que debes desarrollar para completar cada terea y especifícalos en el workflow.
Paso 2: Menciona a los involucrados
Puedes incluir una lista de responsables por cada proceso o tareas. Lo ideal es que cada uno tenga asignado una parte del desarrollo del proyecto. También puedes incluir el tiempo de ejecución que le llevará a cada persona desarrollar esa tarea y los recursos que necesitará.
Paso 3: Define las fases de desarrollo
Los flujos de trabajos los puedes dividir por fase de desarrollo según sea el caso. Cada proyecto tiene sus etapas y con un flujo de trabajo podrás determinar qué tarea o proceso corresponde a cada una de esas etapas y dividirlos así entre los responsables de su ejecución.